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Bienvenida a nuestro blog. cada semana iremos agregando algo nuevo para ti. Tus sugerencias y comentarios son valiosos para nosotras escribenos a a nuestro correo mujerestaurar@hotmail.com Atentamente Silena Villegas y Any Ortegón,
VARIEDADES
martes, 26 de octubre de 2010
Un tiempo para compartir
Como hermana en Cristo también debemos cuidarnos unos a otros, en esta ocasión celebramos el cumpleaños de nuestras amigas Rubiela y Marcela que el Señor las Bendiga siempre, las ilumine, les de sabiduría y las llene de su amor.
miércoles, 14 de julio de 2010
COMO TE ANHELA MI ALMA
Como anhela mi alma
Estar contigo
En las primeras horas
de la Mañana
buscarte en el silencio
allí sentir Tu abrigo
Tu voz es tan suave
Y dulce como la miel
Es tan sabia
Que me hace estremecer
¡ Como me conoces,
como me amas!
Que precioso es venir
Y allí rendirme a Ti
Jesús como anhela mi alma
Estar contigo.
Pilar Remón
lunes, 12 de abril de 2010
La obediencia mantiene sensible nuestra conciencia
· Dios no cambia de parecer.
· Dios tiene un plan diferente para cada uno de nosotros.
· Hay cosas que pueden estar bien para unas personas pero mal para otros, por eso se hace necesario la guía individual de Dios.
· Lo fundamental es aprender a confiar a Dios y limitarnos a obedecer.
· Permaneciendo en Dios, también el permanece en nosotros y así mismo podemos percibir su desaprobación para seguir a delante con un propósito.
Prov. 3:6 Ten presente al Señor en todo lo que hagas y el te llevará por el camino recto.
· Debemos orar para que Dios nos ayude a permanecer sensibles a su voz.
· Si queremos oír siempre a Dios también debemos ser rápidos para obedecer.
· No podemos ser felices sino tenemos la luz que alumbre el camino al futuro.
· Hay veces ignoramos las señales de alerta que Dios nos hace.
· Dios no esta obligado a hacer algo que no está autorizado por él.
Dios nos hablara acerca de nuestras relaciones
No es cuestión de basar nuestras decisiones en los sentimientos pero cuando Dios nos habla nos sentimos en paz y debemos tener cuidado de no confundir los sentimientos con la dirección de Dios. Cuando escuchamos al Espíritu Santo logramos un equilibrio en todas las áreas de nuestra vida.
No tienes necesidad de disculparte con nadie por esperar que el Espíritu Santo dirija tus acciones.
Dios no quiere que nos sintamos culpables por las cosas que nos sucedieron y que no se pudieron evitar.
Dios quiere que disfrutes tu vida.